La interfaz del software hace honor al estilo del gigante de Internet: es rápida -el sistema operativo se inicia en siete segundos-, de muy fácil navegación y se sustenta, sobre todo, en la computación en nube (nube es una metáfora utilizada en ingeniería informática para referirse a Internet).
En Chrome no hay ni una sola aplicación que no esté conectada online. La información del usuario se almacenará en los servidores de Google. "Si se pierde un ordenador, o si se debe sustituir por otro, la información se recuperará fácilmente, incluso las personalizaciones más específicas", explicó ayer Pichai. La intención es que el sistema operativo sea simplemente un soporte para mostrar la información personal almacenada en la Red. Incluso las actualizaciones de software se harán de forma automática, sin que el usuario deba aceptar la descarga de archivos que puedan ser, en realidad, virus disfrazados.
Los internautas deberán esperar un año para poder disponer de este sistema en sus ordenadores portátiles. En principio, no se venderá ni se podrá descargar de la Red. Se deberá adquirir un ordenador que ya lo lleve instalado de serie. Pero el sistema aceptará aplicaciones gratuitas de diseñadores de software libre.
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