La Comisión Europea cierra el 'caso Microsoft' en los navegadores

La Comisión Europea ha dado hoy por cerrado uno de los casos de competencia informática más largos y complejos de su historia: la denuncia a Microsoft por abuso de posición dominante en el mercado de los navegadores web. La resolución supone que cualquier fabricante o usuario podrá instalar el navegador que prefiera sobre sistemas operativos Windows y, la novedad, desinstalar el que venía por defecto, Explorer. 

Microsoft ha aceptado que sus Windows, a partir de marzo del 2010, vendrán de serie con un navegador neutro (porque si no, no se puede entrar en internet, argumentaba la compañía), que dará la opción a instalar cualquier programa de cualquier empresa. Es decir: Chrome (de Google), Safari (de Apple), Mozilla (software libre), Opera (Opera), el mismo Explorer de Microsoft y hasta seis programas más, y además "en orden aleatorio". 

Y eso permitirá que si algún fabricante quiera no instalar Explorer de serie, pueda hacerlo y optar por otro programa. Sony hizo un reciente acuerdo con Google para instalar de serie sus programas en los Vaio. 

"Ganarse los clientes"

Según la todavía comisaria de competencia, Neelie Kroes (que pasará en breve a la nueva cartera de Agenda Digital), lo ha comparado hoy con "poder elegir la marca de champú en un supermercado". 

"Microsoft ahora tendrá que ganarse los clientes para Explorer", ha proclamado. La disputa con el navegador se añade a la que ya mantenían sobre el reproductor de medios, que también se saldó con el suministro de código a los rivales para que pudieran instalarlo.

Según la Comisión, Microsoft había generado una distorsión de la competencia al vender su sistema operativo Windows para PC unido a su navegador y esto le daba "ventaja de distribución artificial no relacionada con los méritos de su producto en más del 90% de los ordenadores personales".

Los compromisos de la compañía son por cinco años, y si se incumplen pueden estar sujetos a multas. Microsoft acepta, además, que no emprenderá acciones legales contra los programadores de software libre y a ampliar el número de estándares de formatos que soporte.
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